Realizamos un sencillo experimento para comprobar la solubilidad de un gas soluto en un líquido solvente.
Colocamos un recipiente con agua al fuego hasta que llegara a hervir. En un principio no se notaban cambios, pero pasados un par de minutos comenzaron a formarse pequeñas burbujas en el fondo del recipiente. Luego estas burbujas se hicieron más grandes y comenzaron a ascender a la superficie y explotar. Así, comenzó a salir vapor. Al apagar el fuego, es decir, al descender la temperatura, rápidamente las burbujas dejaron de formarse.